sábado, 9 de noviembre de 2013

EVANGELIO DEL DOMINGO 10-NOVIEMBRE-2013

DOMINGO A DOMINGO

CON EL PÁRROCO DE VIRGEN DEL ALBA

32º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo C (10-11-2013) 

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (20, 27- 38):

Evangelio 10 nov 2013 (2)
"Nuestro Padre es Dios de VIDA"
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»
Jesús les contestó: «En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob.” No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.»

Palabra del Señor

El relato evangélico de hoy nos sitúa ya en Jerusalén, la Ciudad Santa. Allí, en la explanada del templo, se entabla una discusión a propósito de la resurrección. Jesús defiende que nuestra condición mortal será profunda y amorosamente transformada.

La discusión tiene lugar cuando un grupo de saduceos le hacen a Jesús una pregunta sobre la resurrección y, con sarcasmo, le hablan de las consecuencias de la ley del levirato.

Los saduceos representaban la casta sacerdotal privilegiada a la que pertenecían la mayoría de los sumos sacerdotes. Eran conocidos por su conservadurismos social y religioso. Usaban la religión para explotar al pueblo. No admitían más que los cinco libros del Pentateuco y, en ellos, se basaban para negar la resurrección de los muertos pues, en estos libros, no aparecería nada sobre ello.

La ley del levirato -levir significa cuñado- obligaba al hermano del finado, que moría sin descendencia, a casarse con su cuñada para dejar descendencia al difunto...Si existe realmente la resurrección ¿cuál sería su esposo?....La pregunta no es importante, era una forma de justificarse y de desacreditar a Jesús. La pregunta no es importante, lo que tiene importancia es la respuesta de Jesús.

Jesús nos dice que el Señor, fuente de toda vida, no deja a sus amigos en la muerte. Pero la fe en la resurrección no nos saca de la historia, al contrario, hace que nos encarnemos profundamente en ella trabajando por una vida digna para todos, una vida libre de esclavitudes e injusticias.
¡Que la esperanza en la resurrección nos mantenga alegres y que, con esa alegría, animemos a creer en Cristo que se nos presenta como "la resurrección y la vida!
Gervasio Ruiz. S.V.D

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