DOMINGO A DOMINGO
CON EL PÁRROCO DE VIRGEN DEL ALBA
4º Domingo de Pascua - Ciclo C (21-4-2013)
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»
Palabra del Señor
En este Domingo se lee el texto del Evangelio
que presenta a Jesús como el Buen Pastor.
Los profetas de Israel habían usado
muchas veces la comparación del pastor y el rebaño para hablar de los guías y
responsables del pueblo. Generalmente usaban esta comparación para denunciar los
abusos... Este lenguaje lo entendía perfectamente la primitiva comunidad, de ahí
que, una de las primeras representaciones con que el arte cristiano representó a
Jesus fue bajo la figura del Buen Pastor. Jesús con un corderito sobre los
hombros.
Jesús
es el Buen Pastor porque ama y sirve desinteresadamente. Jesús cuida de cada uno
de nosotros como el pastor de sus ovejas. Somos cuidados por Dios y, de sea
experiecia, brota la vocación personal para convertirnos también nosotros en
cuidadores unos de otros.
El
Evangelio dice que las ovejas escuchan a Jesús y le siguen. Escuchar y seguir a
Jesús es mucho más que saber de Él, es confiar y seguirle donde Él vaya, donde Él nos lleve. En Él vemos y creemos, somos amigos de Jesús. Ser amigo de Jesús
implica fidelidad porque, cuando se ama no se abandona.
Somos su
pueblo y ovejas que Él apacienta. En esa comunidad sólo Él es el jefe, los
demás, somos hermanos.
En este
Domingo del Buen Pastor, la Iglesia nos recomienda que recemos, especialmente
por vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa. Pidamos por pastores que, como
dice el Papa Francisco, sean pastores con olor a oveja. Sacerdotes, religiosos
en medio del pueblo, con el pueblo y por el pueblo.
Gervasio Ruiz. S.V.D
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