sábado, 9 de noviembre de 2013

EVANGELIO DEL DOMINGO 3-NOVIEMBRE-2013

DOMINGO A DOMINGO

CON EL PÁRROCO DE VIRGEN DEL ALBA

31º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo C (3-11-2013) 

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19, 1-10):

Evangelio 3 noviembre 2013 BN(3)Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad. Vivía en ella un hombre rico llamado Zaqueo, jefe de los que cobraban impuestos para Roma. Quería conocer a Jesús, pero no conseguía verle, porque había mucha gente y Zaqueo era de baja estatura. Así que, echando a correr, se adelantó, y para alcanzar a verle se subió a un árbol junto al cual tenía que pasar Jesús.
Al llegar allí, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida porque hoy he de quedarme en tu casa.»
Zaqueo bajó aprisa, y con alegría recibió a Jesús. Al ver esto comenzaron todos a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en casa de un pecador.
Pero Zaqueo, levantándose entonces, dijo al Señor: «Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes; y si he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más.» Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.»

Palabra del Señor


El Tema de este domingo versa sobre una verdad muy esperanzadora: "Para Jesús no hay casos perdidos"

El evangelio de este domingo nos habla de Zaqueo, un hombre odiado por todo el mundo. No solo era publicano sino su jefe. Los publicanos eran odiados por estar al servicio del país invasor, ser corruptos y cobrar impuestos exagerados, era alguien que iba contra todos los principios religioso - sociales judíos. Su curriculum no podía ser peor.

En Zaqueo, Jesús nos hace ver que Él no excluye a nadie. Más aún, Él mismo llama y busca, también al rico y al alejado. El encuentro con Jesús no deja a nadie indiferente, cambia la vida haciéndola más solidaria, más humana, más generosa y feliz. Jesús sabe y demuestra que las personas no mejoran con las críticas negativas, ni con amenazas, intransigencias, excomuniones,  sino aceptándolas, acogiéndolas y creyendo en ellas. Zaqueo experimenta la bondad de Dios y, a partir de ahí, surge la conversión. Dios ama todo lo creado, no quiere su destrucción... Frente al pecador quiere que se convierta y viva.

Jesús come con Zaqueo. Comer con él significaba sacarlo de la marginación, aceptarlo como hermanos, perdonarlo. 

La "comunión de mesa" que Jesús tuvo con los pecadores significaba entrar en la comunión de vida. Por eso la comunidad cristiana comparte la mesa de la vida y la mesa de la eucaristía.

¡Aprendamos a ser como Jesús y no nos sintamos con derecho a excluir, excomulgar, juzgar, prohibir!.....
¡Como Zaqueo, Señor, quiero ser pequeño para luego comprender que Tú eres lo más grande!.

Gervasio Ruiz. S.V.D

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