jueves, 6 de junio de 2013

EVANGELIO DEL DOMINGO 9-JUNIO-2013

DOMINGO A DOMINGO

CON EL PÁRROCO DE VIRGEN DEL ALBA

10º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo C (9-6-2013)

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (7, 11-17):

Evangelio 9 de junio 2013 color
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!» El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

Palabra del Señor

En este domingo se nos ofrece el texto de Lc 7, 11 - 17 . Es un texto que tiene un claro paralelismo entre el milagro de Jesús y los que se atribuyen a los Profetas Elías (1 Re 17, 7-24) y Eliseo ( 2 Re 4, 8-37). En el evangelio escrito por Lucas nos encontramos ante la gran revelación de la ternura y el cariño de Dios. Al encontrarse Jesús a las puertas de Naín con la madre viuda y el hijo muerto, una pequeña frase lo dice todo: "El Señor, al verla, se sintió profundamente conmovido y le dijo: no llores". Elías había hecho algo parecido: A la entrada de la ciudad de Sarepta, se encuentra con una viuda a la que se la había muerto su único hijo. Elías resucita al niño y se lo entregó a su madre.

Jesús no puede ver a nadie llorando, se compadece e interviene. Es necesario reine en la Iglesia la compasión y, la compasión, sea la que nos mueva para que, como Jesús, no soportemos que nadie sufra, que nadie llore. Ante el sufrimiento Jesús se salta las normas...(No le importa entrar en casa de un pecador, no le importa tocar un muerto, cosa prohibida por la ley y que le dejaba impuro). Como Jesús debemos salir al encuentro, acercarnos con cariño y tratar de hacer más digna y feliz la vida de los demás. Debemos hacerlo sin excluir a nadie. 

A Jesús no le importa que sea extranjero, que sea mujer o que sea pecador, es mas, tiene hacia ellos, (hacia los marginados, hacia los más débiles y desamparados), una cierta predilección.

Como Jesús aprendió por los caminos de Galilea la condición humana, aprendamos de Él la condición divina, a ver con sus ojos y corazón para así ser artífices de vida en nuestro mundo.

Hagamos nuestra la frase del obispo Casaldáliga: Al final del camino me dirán: ¿Has vivido?¿Has amado? y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres.

Gervasio Ruiz. S.V.D

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